Leyendas Urabanas: La mirada perdida.

Esta leyenda esta escrita por el escritor Alberto granados en su libro de leyendas urbanas, yo voy a explicar el porque le nombre de esta leyenda: la mirada perdida. Espero que os guste.

Una chica que nunca salia a su hora de su trabajo. No la guataba coger el metro por la noche en realidad porque por las noches no
suele ir mucha gente en metro.
Ya estando ahi en el anden miraba de un sitio a otro mirando por todas partes para no encontrarse con alguien obsceno.

Al fin llego el metro y se mete en el vagon solo hay sentados dos hombres y una mujer, y la chica se sienta delante de ellos, la chica se da cuenta al sentarse que la mujer que tiene enfrente no para de mirarla, y la chica saca su libro para leerlo cada parrafo que leia levantaba la mirada hacia la mujer, y la mujer seguia mirandola, lo hio una segunda vez miro su libro para leer un parrafo y miro a la mujer pero ahi seguia su mirada a la chica.

La chica penso que esa mujer era una descarada por mirarla asi.
En la siguiente parada se sube un hombre trajeado que se sienta al lado de la chica, la chica alucinaba y pensaba que porque se sentaba al lado suyo habiendo sitio en todo el vagon.
De pronto cuando quedaba poco para llegar a la siguiente estacion el hombre la susurra en el oido: 
-¡Por favor disimule!¡No diga nada y bajese conmigo en la siguiente parada!¡Es por su bien!

Aquel hombre se levanto con normaliudad y se coloco para salir en la puerta cercana, la chica empezo a dudar pero se levanto y se coloco a su lado ese hombre la daba seguridad.
Ya estando en la estacion y cuando las luces traseras fueron engullidas por el tunel el hombre le dijo a la chica:
- Se preguntara por que he actuado de esta manera  tan misteriosa, pero vera usted, soy medico y estoy acostrumbado a dectectar la muerte...y creame, esa mujer sentada enfrente de usted.....¡estaba muerta! Se lo puedo asegurar por experiencia, en mi larga carrera profesional he tenido que ver muchos cadaveres. Aquellos dos hombres la mantenian sujeta. Tenia la obligacion de prevenirla.

La chica no sabia que decir estaba superada por lo que habia pasado, el hombre llamo a los vigilantes de la siguiente estacion para contarles lo sucedido.
A la chica la costo bastante dias conciliar el sueño siempre se levantaba sobesaltada por la mirada de la mujer del vagon.

 

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